Mensaje Jocelyn Barrera Flor más Bella del Ejido2015 3° Lugar

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Esta es la frase que constantemente le decía a mi abuelita antes de que falleciera pero, ¿Por qué hablo de ella?
Esta historia es algo que siempre cuento y que no me cansare de contar pues mi abuelita tras una pérdida de memoria grave a final de sus días pudo reconocerme, despedirse de mí y heredarme el rebozo más hermoso del mundo, el cual entre sus hilos tiene vestigios de trabajo, experiencia, sabiduría y amor.
Amor, eso es lo que para mí significa ser “Flor más bella del ejido” amor por ser quien eres y no avergonzarte por ello.

Mi historia comienza cuando era muy pequeña y veía a niñas de mi edad llenas de color y flores, recuerdo que siempre le decía a mi mama “quiero ir como ellas”, “¿mama por qué tu no me vistes así?”, “yo quiero mama, yo quiero”. Pero mi mamacita por falta de tiempo no pudo integrarme a ese grupo de hermosas niñas. Mientras crecía mi abuelita cocinaba rico mole y hacia tortillas a mano junto a mi madre a quien veía con ojos de grandeza, veía el esmero de ambas por tener siempre un plato en la mesa, oía las historias de mi mamá de como a pesar de ser originaria de Puebla poco a poco se enamoró de Xochimilco, de sus costumbres y tradiciones al punto que sabe prácticamente que hay o que se hace en cada fiesta en la demarcación. Por otro lado mi abuelita me contaba como salía a vender tortillas o verduras al mercado desde muy pequeña, tenía que llegar con el gasto para cuidar a sus tres hermanos más pequeños, me contaba que dentro de este ritual que parecía rutinario encontró a su primer y único amor, mi abuelito. Él también fue muy relevante en mi vida pues mientras pude disfrutarlo conocí a la persona amorosa y artística que él era, lamentablemente este periodo fue muy corto pero cuando tuve más edad todas las personas me contaban de la importancia de mi abuelito en Xochimilco, fundador de los primeros grupos de acallis, fotos con Dolores Olmedo, videos y recuerdos de su música con la guitarra y mejor aún, el gran cariño que la gente le tenía por haber aportado a mi hermoso pueblo mientras él estuvo a cargo.

Cada uno de ellos aporto a una semilla que poco a poco crecía en mí. Cuando tuve la edad de caminar sola por la vida vi con mis ojos la grandeza que tanto me platicaban cuando era pequeña, me di cuenta del por qué mi mamá y mis abuelos amaban tanto el lugar donde vivían, y por qué la defendían a capa y espada. Pero con ello me preguntaba ¿Por qué tienen que defender una tierra de grandeza?
Al seguir caminando por el sendero descubrí que la defendían del hombre mismo, pues poco a poco el respeto por nosotros y por nuestra tierra se iba perdiendo, la gente dejaba de recordar que solo vivimos un suspiro y que no podemos destruir algo que en realidad no es nuestro.
Con todo esto nació en mi la necesidad de hacer algo, seguir la lucha que ellos empezaron entonces voltee la cabeza y ahí estaban estas hermosas mujeres ataviadas de bellas trenzas, de bellos colores, estas hermosas mujeres que desde chiquita estuve acostumbrada a ver gracias a amor de mi madre, entonces me dije…  ¡Eso es lo que voy a hacer! Mi escudo será ese, ¡La flor más bella del ejido!

Comencé a investigar toda la convocatoria y ¡sorpresa! La ola de cambios de bachillerato a universidad llegaron a mí, dentro de este lapso de tiempo conocí a personas que tenían proyectos importantes en pro de la preservación de la delegación, en pro de su riqueza, en pro de su tierra y fue  así que tuve que esperar con muchas más ansias para poder inscribirme. Pasaron cuatro años hasta que llego el día que pude decirle a mi mamá, “Mamá, por fin me inscribí a la flor”, gracias a todas las personas que se cruzaron en mi caminar llegue a mis capacitaciones con muchísimo entusiasmo, amor y hambre por aprender. Conocí personas maravillosas y ya no me sentí sola, pues ya no era la única que quería aportar un granito de arena a la lucha por nuestras raíces, ahora éramos 70 voces deseando poder ser escuchadas.
Al pasar los días mi entusiasmo no cesaba, un día un pedazo de papel se convirtió en el antes y después en mi línea del tiempo “Lilis” decía con tinta negra fue ahí donde comenzó esta loca aventura, y digo loca pues la locura se refiere a un concepto de irrealidad y eso precisamente significa esta fiesta, pues tal pareciera que tanta belleza en todos los sentidos es irreal. ¡Por fin llego el día! Me vestí de colores y belleza como tanto había deseado desde niña. Al final del certamen no tenía una banda ni una corona, “al final es un concurso” me decían, pero esta frase nunca lleno mi corazón pues sin tener un “reconocimiento” ser flor más bella del ejido, ganadora o no, me dio voz ¡Por fin tenia voz!
Gracias a esta primera experiencia aprendí que si quería hacer algo por mi tierra había mil millones de opciones, desde no regatearle a un artesano hasta volverte en un artesano. A partir de esto mi espera no pudo ser mayor, pues con mucha más decisión esperaba la siguiente convocatoria, la de 2015.

La convocatoria fue publicada, y como era de esperarse llegue con todos mis papeles listos, listos para darme una segunda oportunidad de vivir esta fiesta. Recuerdo que uno de los momentos más difíciles a comparación con el año pasado fue, cambiar de flor. Cuando tome este nuevo papel entintado en mis manos decía “Lavanda”, la flor aromática por excelencia flor, que significaba alegría y paz. Recuerdo muy bien que ese día era el primero para decir nuestro discurso y sin pensarlo dije el mío con toda la emoción del mundo, un homenaje a mi abuela que acaba de irse, un homenaje a mi madre que siempre está conmigo, un homenaje a mi tierra y un homenaje a mi nueva flor, ese día con lágrimas y nudos en la garganta escuche el aplauso de mis compañeras, con ello mi corazón se llenó de un sentimiento inexplicable, ya no necesitaba nada más, ya tenía voz pero ahora era escuchada.
Me dedique a disfrutar al cien por ciento mis capacitaciones, a mis amigas y mi trabajo pues no hay mayor satisfacción que disfrutar el momento, recuerdo el día de las trajineras alegóricas como sentir un temblor en la mano al ver a mi familia y mi pareja gritar mi nombre una y otra vez, con un dolor en mi alma al recordar a mi abuela y una alegría en mi corazón al ver a mi madre fue que me dije, hoy ya no necesito nada más tengo todo lo que quiero y es gracias a este hermosa fiesta.
La noche de ese viernes de Dolores, al contestar mi pregunta mi familia quedo muda y yo me preguntaba ¿acaso hice algo mal?, regrese al punto de concentración con mis compañeras y escuchaba comentarios como “quítate ese arreglo que te van a coronar”, “ya ganaste” pero yo solo pensaba en los brazos de mi madre y mi hermana que desde abajo del escenario me los mandaban con una mirada.
Al pasar los minutos oí mi nombre lleno de alegrías, gritos, llanto pero sobre todo mucha felicidad, una felicidad indescriptible ¡única!, Tercer Lugar de “La Flor Más Bella del Ejido”  2015, yo me decía gracias mamá, gracias papá, gracias hermana, gracias abuelita, gracias Xochimilco, gracias vida por permitirme vivir esta experiencia.
Al bajar, un grupo de hermosas mujeres, mujeres que había admirado tanto me rodeo con felicitaciones y abrazos, dejando en mis manos una blusa, unas cintas y unas puntas ¡Mi mayor tesoro! El mejor regalo que pude haber ganado en este certamen pues en ellas yo veía reflejo el amor, la confianza y la responsabilidad de años de historia, ¡Historia que ahora estaba en mis manos!
Hoy, voy a entregar esta historia a alguien más, voy a entregar la lucha de mis abuelos, la pasión de mi madre, el cariño de mi hermana, la confianza de mis flores, hoy voy a entregar amor.
Gracias a cada una de las personas que durante este año estuvieron detrás de mí, de mis lágrimas, alegrías y trabajo.
Gracias a mis abuelos por sembrar algo que no ha dejado de florecer, a mis padres por no cortarme las alas, a mi hermana por ser la razón de mi existencia, a mi novio por la paciencia, por su amor pero sobre todo por encontrarme siempre que estoy perdida, a mi familia que siempre estuvieron al pendiente de mí,  a mis profesores Elizabeth y Rodolfo por no dejarme caer, a Frida por ser la compañera, por el amor y por cada momento juntas,  a mis flores Mara, Miroslava, Nayeli, Jenny, Leti, Miriam, Xochiquetzal, Diana, Aurora, Mariana, Yolo, Ceci por mencionar algunas, por su confianza, apoyo y cariño. Gracias a mis mejores amigas Itzel, Silvia y Alexy por entenderme mejor que nadie, a todos mis amigos por las porras, las locuras y la fortaleza. Gracias a absolutamente todos los que creyeron en mí, gracias a todos los que me han escuchado, gracias vida por dejarme seguir caminando y gracias mi hermosa tierra por que nunca dejas de sorprenderme y gracias flor más bella del ejido por ser mi herramienta de lucha.
Me despido orgullosa de lo que soy, de lo que tengo y de lo que hice.
Y como siempre dije…

Gracias y que su luna siga brillando.